viernes, 6 de noviembre de 2015

Póngame cuarto y mitad de ibuprofeno, por favor

             Porque tanto tonto termina produciéndome dolor de cabeza. Sí, me suele ocurrir. No, no puedo evitarlo. Parafraseando a Carlos Herrera, en España no cabe un tonto más.
            Y es que ha saltado a la palestra el caso de un militar, no uno cualquiera, sino un teniente general del Ejército del Aire, con un importante cargo, vocal de la Asamblea de la Real Orden Militar de San Hermenegildo, además de ex JEMAD (Jefe de Estado Mayor de la Defensa), que se ha aliado con cierto partido político y ha hablado de más sobre cuestiones políticas, enfrentando sus propias opiniones a la propia Constitución Española. El Gobierno de España, a través de su ministro de Defensa, lo ha cesado de su cargo fulminantemente y, ahora, los partidarios de ese partido despotrican contra el gobierno de forma desaforada y cruel.
            Bien, empecemos por partes. Lo primero es dejar claro de qué hablo, para que no se me malinterprete. Contra ese partido político no tengo nada en absoluto. Se supone que estamos en una democracia (ja, ja) y que todas las ideas tienen cabida, mientras estén dentro del marco de la ley (buena o mala) y no inciten a la violencia ni a salirse de ese marco de la ley. Es más, por ser un partido nuevo, aún no tiene casos de corrupción, como los partidos tradicionales. Ya llegarán. Si hasta en Poniente se acerca el invierno, como diría Ned Stark. Con respecto al Gobierno de España, prefiero no comentar en este escrito, que se me van a gastar las teclas, excepto que lo está haciendo muy bien... para los banqueros, los empresarios de las Eléctricas y todos sus amigos ricachones. Que no lo haga bien para mí, es sólo culpa mía. ¿Cómo se me ocurre no tener varios cientos de millones en los bancos... de Suiza? Y sobre los simpatizantes y posibles votantes de ese nuevo partido, pues que son libres de votar a quien deseen. Pero si quieren abrir la boca, que lo hagan con coherencia, pero no para decir sandeces y estupideces a tutiplén.
            El caso es que me han sorprendido los comentarios de varios simpatizantes del partido al cual se ha unido este general, porque han tachado la actitud del ministro y del resto de sus compañeros de rastrera y vengativa, al cesar de su cargo a aquél. Y, entonces, comenzó el dolor de cabeza. ¿No son esos mismos protestantes (no religiosos) los que son más antifranquistas y prorepublicanos? ¿No son esos mismos protestantes los que proclaman a favor de la memoria histórica de los brigadistas, los anarquistas, los sindicalistas y las libertarias, y los que claman contra la memoria histórica de las derechas de este país, incluyendo en ellas a sus militares? ¿No son esos mismos protestantes los que afirman que los militares del 36 eran unos traidores a su propia patria y a la II República, a la que juraron defender? Vamos a ver, que yo me aclare, si ello es posible. Este general está traicionando sus deberes como militar español por hablar en contra de la Constitución, por lo tanto, está haciendo algo parecido a lo que hacían sus antecesores en el siglo XIX y principios del XX, aunque sin balas de por medio, claro. Entonces, ¿por qué los protestantes protestan contra su cese? Ah, es que como son protestantes, deben protestar, sin ton ni son, pues para eso fueron programados.
            Aparte del dilema de la pastillita azul o la roja, Matrix está a ambos lados, nos envuelve, y al igual que crea sujetos conformes que se lo tragan todo, también crea individuos despotricantes, sin razón o con ella. Otra excusa no veo para explicar el comportamiento de los susodichos protestantes. Si precisamente para evitar que vuelva a haber otro 18 de julio del 36 es la causa de que los militares españoles tengan voto, pero no voz. No tienen permitido militar en ningún partido ni afiliarse a sindicato alguno, para que no puedan llegar a confundir sus lealtades. Su Lealtad única es por y para España y su Constitución. Punto pelota. Ellos deben ser garantes de la soberanía de todos los españoles, y no de unos pocos o de un color. Por lo tanto, para una cosa que ha hecho bien este gobierno en los últimos cuatro años, que es destituir al general indisciplinado, no creo que se merezcan el maltrato verbal del que están siendo objeto.
            Otra cosa, ya, sería pensar el porqué dicho general en cuestión quiere ser candidato a ministro de Defensa por un partido político cuyas premisas son, en ese ámbito, desmantelar el Ejército y salirnos de la OTAN. Y digo yo, si estas dos cosas ocurren, ¿por qué tener a este ministro como único soldado que garantice la libertad y la seguridad de los españoles? Puestos a elegir a nuestro único caballero andante, ¿no sería mejor poner como ministro de Defensa de España a Chuck Norris?
            Elucubraciones aparte, quizá no fuera tan malo extinguir el ejército español, así en la próxima guerra civil los combates no serían con pacos, sino que serían eliminatorias del Mario Bros, o por insultos a través del twitter, que se nos da mejor.

            El Condotiero

2 comentarios: