miércoles, 5 de julio de 2017

¿Hacia dónde va el feminismo?

             Lo que no sé en realidad es hacia dónde voy yo, porque me voy a meter en un fregao de mucho cuidado, pero cuando inicié el blog me prometí a mí mismo que jamás sería políticamente correcto, porque lo considero una hipocresía, y que criticaría todo aquello que crea criticable, porque lo considero de justicia.
             Y hoy le ha tocado el turno al feminismo recalcitrante que vivimos en estos tiempos.
             Atención: no quiero decir con ello que esté en contra de las feministas y de sus tesis, sino que a veces no tienen la razón pero poca gente se lo hace ver, ya que son tan combativas que da miedo enfrentarse a ellas. Además, en el país que por fortuna o desventura habitamos, somos muy dados a poner calificativos infundados a todo aquel que esté en desacuerdo con nosotros: si soy comunista y en algo, aunque sea nimio, no me apoyas, te llamaré «fascista»; si soy feminista, en ese caso te llamaré «machista». Con el valor añadido de que nuestro séquito de pelotas te pondrá a caer de un burro sin ni siquiera darte la oportunidad de explicar tu opinión.
             El caso es que se han sucedido en pocos días dos hechos por los cuales las feministas han explotado, como suele ocurrir, y es el motivo de que escriba esta entrada.
            Lo primero ha sido la guerra abierta que han declarado las feministas a la maternidad subrogada, o más comúnmente llamada vientre de alquiler. Como ustedes comprenderán, es algo que a mí ni fu ni fa, pero me ha llamado la atención por la incoherencia demostrada por las feministas a ultranza o, al menos, por una parte de ellas.
             Yo siempre he dicho que respeto todas las opiniones, aunque estén equivocadas, porque todo el mundo tiene derecho a estarlo, y no es malo que lo estén porque así habrá buenos samaritanos que saquen de su error al equivocado. Para que lo sepan, yo también tengo derecho a estar equivocado. Pero lo que jamás respetaré es la incoherencia: no, no, y no respeto a aquél que un día me dice blanco y al otro negro.
             No tengo una opinión clara respecto al aborto, porque por un lado podría ser un asesinato, ya que creo que un feto es una vida humana... ¿desde qué semana de gestación? Pues no lo sé, la verdad, pero ni yo ni nadie. El caso es que la destrucción de una vida humana no nacida choca con las necesidades de una mujer que no puede ser madre por distintas circunstancias. Como es tan difícil para mí ponerme en la situación del feto o de la madre, entonces, como ya he dicho, no tengo una opinión clara. Pero las feministas parece que sí: ellas creen, defienden, combaten, que la mujer es la única dueña de su cuerpo y, por tanto, ellas deciden libre e individualmente.
             Hasta ahí, nada que objetar. Tampoco puedo decidir si están equivocadas o no, a lo que tendrían derecho. Lo que no puedo respetar es que ahora digan que la mujer no debe someterse a lo del vientre de alquiler y que ellas están en contra.
             Vamos a ver, señoras incoherentes, ¿no decían aquello acerca de que la mujer es la única dueña de su cuerpo y que ella es la única que decide? Entonces, ¿por qué deciden ustedes ahora por todas las mujeres acerca de este tema?
              Siguiendo su tesis sobre el aborto, cada mujer debiera libre e individualmente decidir acerca de si quieren o no ser vientres de alquiler. ¿Por qué se niegan a ello? Según dicen, es una forma de esclavizar a la mujer, donde las ricas explotarán a las pobres.
             No digo que no, pero hay tanta explotación en el mundo... Y no tienen en cuenta que puede haber parejas que lo necesiten de verdad, a la vez que es posible que haya mujeres que deseen ayudar, aparte de ganarse un dinerillo con eso. Quizá lo que no quieran es que hagan negocio con su cuerpo, pero entonces tampoco entiendo que no quieran que una chica joven gane 20 000 euros por ello y se pague la carrera, pero estén tan a favor del aborto que una mujer podría haber evitado con la compra de un preservativo por menos de un euro.
             El otro caso que ha saltado a la palestra es la que se ha armado en las redes sociales porque un colectivo de mujeres se ha visto obligada a clausurar un encuentro de mujeres usuarias de juegos de ordenador. Parece ser que como se sienten observadas, molestadas y acosadas en los encuentros de este tipo por parte de freakys irredentos que no han visto a una chica en su vida, pues decidieron organizar un encuentro sólo para mujeres (lo entiendo, a mí también me asustaría que una panda de adolescentes con gafas, flequillo y acné, más blancos que la leche, no me quitara los ojos de encima).
             Como tiene que haber de todo, desde un foro se empezó a despotricar sobre el tema, porque ya sabemos que algo más de un 2% de nuestros genes proceden de los neandertales. La cuestión es que las organizaciones que habían dado un sí desde el principio se echaron para atrás con la excusa de que no podían garantizar la seguridad del evento. Compuestas y sin novio se quedaron (no se enfaden, que es una forma de hablar).
             Yo, como no podía ser de otra manera, estoy en contra de que esto haya ocurrido. Si quieren organizar un finde sin chicos para jugar al ordenador, por mí adelante. Las apoyo a muerte. Ahora, también he de decir que las feministas son las primeras en despotricar cuando un grupo de hombres quiere hacer algo en lo que no desean que tengan cabida las mujeres. Por ello, volvemos al tema de la coherencia.
            Me parece muy bien que ellas quieran organizar algo sólo para mujeres, pero, por la misma regla, deberían dejar que también haya actos organizados sólo para hombres.
            No debemos olvidar que la mujer se ha introducido en profundidad en todo aquello que hasta hace pocos años era coto cerrado de hombres... si es que hasta en los estadios de fútbol se ven ya más parejitas que grupos de amigos...
            En fin, que el problema no estriba tanto en el machismo y feminismo imperantes, sino en la educación recibida y en las intransigencias que nos gobiernan (y esta vez, sin que sirva de precedente, no hablo de nuestros políticos).
            Y uno de los problemas que veo es que las asociaciones feministas han nacido ya con una tara. Llaman «feminismo» a la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, cuando en realidad muchas de ellas lo que en el fondo quieren es su supremacía y la palabra de por sí es la que está bien usada para ello. La palabra «feminismo» no puede indicar igualdad, porque etimológicamente no significa eso, por mucho que así lo refleje la propia Academia de la Lengua, porque también nuestros académicos tienen derecho a estar equivocados, y en este caso es más que evidente que lo están. Yo lo llamaría «secuestro semántico», como ocurría con lo de «conflicto armado» cuando los etarras hablaban de terrorismo, o más actualmente, con lo de ISIS y no DAESH, cuando el autoproclamado Estado Islámico no puede ser un estado porque nadie lo ha reconocido. Pero siempre habrá tontos que les baile el juego a los secuestradores semánticos, dándoles su primera victoria.
             De tal forma, «feminismo» es el antónimo de «machismo», y como tal significa exactamente lo contrario. Por tanto las feministas deberían defender no el «feminismo», sino el «ecualitarismo», que sería más lógico, aunque en el fondo sean feministas (si he escrito «ecualitarismo» es porque es una palabra que no existe y porque «igualitarismo» ya está cogida en la RAE).
            Llamemos, por tanto, cada cosa con su nombre y comencemos a defender nuestras tesis desde la coherencia y el diálogo. Creo que las cosas nos irán un poquito mejor a todos.

             El Condotiero

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, las mujeres debemos empezar a mirarnos a nosotras mismas con coherencia. Como bien dicen: "cada mujer puede hacer con su cuerpo lo que decida", si una decide ser vientre de alquiler, realmente está haciendo con su cuerpo lo que quiere, al igual si quiere abortar, pero en este caso de las feministas ¿por qué sí al aborto y no al vientre de alquiler si realmente están haciendo con su cuerpo lo que quieren?... la coherencia brilla por su ausencia.
    Lo que más me fastidia es lo del encuentro de jugadoras de ordenador. Las mujeres llevamos jugando al ordenador el mismo tiempo que los hombres, algunas incluso más. Pero claro, si nosotras mismas nos ponemos a liarla parda cada vez que los hombres se reúnen (para lo que sea) y solo pueden ir hombres, pues casi que entiendo que algunos hartos de tantas zancadillas, se pongan a despotricar y a pedir esa igualdad que tanto pedimos nosotras. Al final pagamos justas por pecadoras, como siempre.
    Mila.

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    1. Gracias por tu comentario, estimada Mila. Y ojalá todos y todas fuéramos igual de comprensivos y coherentes, porque seríamos más felices. Pero me da en la nariz que muchos de los intransigentes lo son por estar aburridos, así que protestan sin motivo alguno y buscan objetivos contra los que combatir. Ésa podría ser una de las razones de las trifulcas sin sentido que ahora nos rodean.
      Un saludo.

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