martes, 5 de abril de 2016

Poderoso caballero...

             Mientras los países centro y sudamericanos intentan salir del agujero en el que están la mayor parte de ellos, algunos con más éxito y otros con menos, intentando asemejarse a la Europa que se nos aleja, aquí en España parece ser que vamos a la contra y que nuestro afán, al menos el de las grandes empresas y de las políticas que se lo permiten, es parecernos lo más posible a esos países sudamericanos.
Y no hablo por hablar, porque si en algo se distinguen nuestras antiguas colonias es en la gran fractura social existente es sus ciudades y campos, donde pueden convivir barrios que nada tienen que envidiar a Manhattan con absolutos ghettos, y comunidades agrarias a nivel medieval con ricas haciendas criollas. Pues esa «envidiable» manera de dividir a la sociedad es, por lo visto, lo que nuestros potentados españoles desean para España y, por supuesto, las autoridades se lo permiten.
Ya comenté en una anterior entrada que yo no soy comunista ni jamás lo he sido y, creo, tampoco lo seré, pero a veces entran unas ganas de expropiar y nacionalizar… Ya son muchas las noticias que a diario embarran nuestra pretendida felicidad, pero la última me ha tocado ya los testiculi, por no querer olvidarme del panem et circense… Resulta que nuestro querido Banco de Santander («querido» porque las noticias anuncian hasta cuando a la Botín se le cae un bolígrafo, como si a los españoles nos importara un pimiento lo bien o lo mal que le pueda ir a esa empresa en la que casi ninguno ni pinchamos ni cortamos) ha saltado a la palestra en la última semana con una noticia de ésas que te hacen levantar el puño, ponerte una boina con la estrella roja y fumarte un puro: van a cerrar 450 sucursales por toda la geografía española y realizar un ERE por el que pondrán de patitas en la calle a todavía no se sabe cuántos trabajadores.
Hasta ahí todo normal, dirán ustedes, otra empresa más afectada por la crisis que tiene que ahorrar gastos para sobrevivir a esta infausta crisis que nos ha tocado y que, probablemente, nos hayamos merecido. Pero claro, si asistimos a las noticias sobre nuestro «querido» banco de los meses anteriores, quizá ésa no sea la visión más acorde con la realidad. Para empezar, en el año 2015 el Banco de Santander facturó 45.200 millones de €, un 6% más que en el ejercicio del 2014. Hombre, eso es lo que facturó, pero como tiene que pagar muchos sueldos y sucursales y equipos de Fórmula 1 y etc, etc, etc, no les quedará ni para el bolígrafo aquél de la Botín. Bueno, pues las ganancias absolutas, después de gastos, han sido de 6.521 millones de €, un 12% más que en el ejercicio anterior. Pero la cosa no queda ahí, pues la Botín, harta de perder bolígrafos, se ha subido el sueldo hasta 9,8 millones de €, un 10% más de lo ganado el año antes. Es evidente que algo deben hacer, porque así no hay negocio que valga, por lo que deben cerrar sucursales y echar a trabajadores que seguro estarán todo el día jugando al Candy Crush.
Yo, sin ser visionario ni nada por el estilo, ya les digo que su idea será echar a X empleados, pero anunciarán que echarán al doble, para que luego los magníficos y combativos sindicatos españoles consigan, después de una dura negociación, que sólo echen a la mitad, eso sí, con muchas palmaditas en la espalda y todo aquello, por lo que finalmente echarán a X trabajadores, que es lo que tenían previsto en un principio.
Por lo tanto, otra gran empresa española que no le basta con ganar más de 6.000 millones de € y que engrosará las listas del INEM, con lo que la fractura entre ricos y pobres en España aumentará un poco más.
Y eso es lo que en realidad me cabrea del asunto, puesto que ni tengo familiares trabajando en ese banco ni me importa mucho lo que gane o deje de ganar ese negocio… por mí como si revienta, pero sí debe darnos qué pensar que en España haya unos pocos (¿100.000?) que ganen unos sueldos aberrantes mientras el sueldo medio se ha ido equiparando estos últimos años a los muy míseros 1.000 €. ¿Qué se puede hacer al respecto? Fácil y contundente: 90% de IRPF para alguien que gane esas barbaridades.
Repito, no soy comunista, pero algo debemos hacer para evitar la bifurcación social. El que gane mucho y lo quiera todo para él, palo del quince a la yugular. Ustedes dirán que no se puede exprimir a los ricos porque entonces se van a paraísos fiscales. También se puede controlar, pero no se quiere. Al que desee hacer negocio en España se le puede obligar a tener su residencia en España y, por lo tanto, fiscalizar aquí. Si lo piensan fríamente, los países del Primer Mundo tenemos gran cantidad de herramientas para luchar contra el fraude, los desequilibrios y la corrupción. Entonces, ¿por qué los gobernantes no usan esas herramientas para evitarlo? Ahhhh… ¿por qué será?, ¿por qué será?

El Condotiero

2 comentarios:

  1. Está visto, si no mirad los papeles d Panamá, q son las grandes fortunas y los políticos los q defraudan. A quien le pedimos q atajen y controlen la evasión fiscal?

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  2. Exacto, querida amiga. Es como pedirle a un torero que prohiba los toros... Pues eso, ellos no van a impedir el fraude, porque, como tú bien has dicho y aparece en los «Papeles de Panamá», son los principales beneficiados del actual sistema.

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