martes, 19 de abril de 2016

El fracaso del Comunismo y del Neoliberalismo

             ¡Qué idea tan maravillosa aquélla en la que todos pudiéramos vivir cómodamente del fruto de nuestro trabajo sin que unos individuos estuvieran por encima de otros! Soy fan convencido de la bonanza de dicha idea y admiro a sus más persistentes seguidores, más que nada por la ingenuidad de la que hacen gala que por otra cosa.
¿Es irrealizable dicha idea del Comunismo? No, puesto que lo vemos que funciona en las colonias de hormigas y de abejas. Pero… ¿por qué no funciona con el hombre? Ah… ésa es otra cuestión. El Comunismo es tan maravilloso como utópico. La teoría es genial, en la práctica es irrealizable, simplemente porque hay un factor que fastidia la ecuación: el propio hombre.
Sólo hay que estudiar la historia de los regímenes comunistas habidos en el planeta para darse cuenta que no sólo han sido fallidos, sino también nefastos hasta sus últimas consecuencias: exceptuando a Hitler, los más grandes asesinos de la Historia de la Humanidad han perpetrado sus crímenes bajo la bandera del Comunismo.
Que sí, que el comunismo teórico sería maravilloso, pero para ello tendría que ser de corte mundial, ya que si únicamente se practicase en un país o continente, el resto acabarían superándolo, como nos lo ha enseñado la Historia. En un régimen comunista mundial, con más de 7.000 millones de súbditos, bastaría con que sólo uno de ellos fuera más ambicioso de la cuenta o egoísta para que todo el entramado se viniera abajo. Creo que es demasiado esperar de una imperfecta Humanidad, ¿no creen?
Me gustaría hacer un ejercicio de imaginación, para que pudiéramos entender cómo funciona esto de la economía y la mentalidad de las personas. Imaginemos, pues, que en un planeta cualquiera, pongamos éste, con 7.000 millones de personas, se plantease la posibilidad de repartir los fondos que existen entre todos. Como el presupuesto anual del globo supera con creces los 7.000 millones de millones de $, eso significaría que sólo con el presupuesto de un año se podría repartir más de un millón de $ a cada persona. ¿Eso que significa? Sencillamente que todos y cada uno de nosotros pudiéramos ser millonarios y que la riqueza está muy mal repartida.
Sigamos con la hipótesis del reparto. Puesto que cada uno de nosotros tendríamos más de un millón de $ en nuestra cuenta y todos seríamos ricos, ¿quién trabajaría? Aparte del problema de la caída fulgurante del sistema, al ser todos ricos, os puedo asegurar que la riqueza no duraría más de un día. Sería el día en que más hambre pasáramos de nuestra vida, aun siendo ricos. Si nadie trabaja, al ser rico, ¿cuánto costaría una barra de pan? Las pocas que se cocieran tendrían un coste desorbitado, por lo que los más despiertos volverían de nuevo a hacerse con el dinero de los demás, ya que siempre ha habido, y habrá, visionarios y listos cuya principal virtud recae en quedarse con el dinero de los que los rodean.
Entonces ya vemos que el reparto equitativo y generalizado no es algo viable, porque la cabra tira al monte y, como reza el dicho español, «el que parte y reparte, se lleva la mejor parte». La única solución es, pues, volver al manido fruto del trabajo. Todos deben vivir por el esfuerzo de su trabajo, en lo que sea. Pero, para que no haya desigualdades, todos deben cobrar lo mismo, para que no se vuelva a repetir la injusta sociedad de clases. ¿Qué pasa? Pues que está ya más que demostrado que ese método tampoco funciona. Juan Eslava Galán comenta (en su libro Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie) el caso de la vedette mejicana Margarita Carvajal cuando en Madrid, durante la Guerra Civil, se intenta imponer el salario único que iguale a todos los trabajadores de la empresa: «como cobramos lo mismo, hoy he pensado que la señora de los retretes salga al escenario mientras yo atiendo los retretes». Y con razón, puestos que a cobrar lo mismo es mejor ser barrendero que neurocirujano, ya que conlleva menos responsabilidad y la preparación necesaria para el puesto es infinitamente menor.
Realmente, no existen ni existirán sociedades humanas justas. Es una auténtica falacia, ya que los seres humanos son distintos unos de otros y ese factor siempre acabará determinando nuestra posición. Pero no sólo con los seres humanos, puesto que con los animales ocurre lo mismo: los más aventajados, tanto físicamente como por inteligencia, son los que mejor comen, debido al éxito en sus expediciones de caza o recolectando brotes tiernos, a la vez que son los que más se reproducen y continúan con el reforzamiento evolutivo de la especie.
Pero… ¿es obligatorio que las sociedades humanas se basen en un gran estrato de población pobre? Lamentablemente es así, aunque no hace falta que la gente sea pobre de solemnidad, sino que sea lo bastante pobre para tener que trabajar a diario con el objetivo de llevar la comida a casa y pagar los impuestos. Si todos fuéramos ricos ya hemos visto que el sistema se caería por sí solo y volveríamos a la época de las cavernas, al no trabajar nadie. El problema radica no en que tengamos que trabajar para ganarnos la vida, sino en que siempre hay y habrá aprovechados que quieran vivir por encima de los demás a costa, precisamente, de esos demás.
Quizá, después de todo, el sistema democrático de libre comercio sea el mejor, siempre y cuando posea unos controles que eviten la sobreexplotación de la clase trabajadora por parte de las grandes empresas y que, sobre todo, eviten que los sistemas financieros se enseñoreen del organigrama productivo, consiguiendo unos rendimientos ficticios que terminen por empobrecer a la clase media y baja de la sociedad, a costa de unos pocos listos y privilegiados.
Y ése es el verdadero problema del Neoliberalismo Económico, que desea reducir al mínimo la intervención del Estado, para provecho de unos pocos, entre los que se cuentan los mismos dirigentes de ese Estado.
¿Por qué se está produciendo ahora este paulatino empobrecimiento de gran parte de la sociedad occidental para beneficio de unos pocos y que muchos países no consigan salir de la pobreza más absoluta? Es gracioso pero haya que reconocer que todo esto está ocurriendo veinte años después de la caída del Comunismo (URSS y satélites), porque a los grandes magnates y gobernantes capitalistas ya no les interesa tener a la gran masa de población de su parte, puesto que la desaparición de su principal enemigo les deja las manos libres para hacer y deshacer a su antojo, y lo que más se les antoja ahora mismo es despojar de todo, incluso de dignidad, a la base que forma la población de los países occidentales, sin percatarse que ése podría ser el detonante de una vuelta a las tesis marxistas.
Pero claro, que sean ricos y privilegiados no quita para que en el fondo sean imbéciles, puesto que la prepotencia lleva al descuido y el descuido lleva o a la cárcel o la revolución, al igual que la ira lleva al odio y el odio al lado oscuro…

El Condotiero

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