Aunque
bien es verdad que la categoría de dichos premios a diferentes áreas de la
cultura y de la investigación ha decaído bastante, más que nada debido a la
globalización politizadora que todos los ámbitos de la vida sufren en este
siglo XXI, no por ello deseo yo renunciar a dicho galardón.
Todos sabéis que recién he iniciado
la que espero sea una larga y fructífera carrera literaria, así que es menester
que me vaya adelantando a los acontecimientos y vaya ya reclamando lo que sería
mi premio Nobel de Literatura. Estarán ustedes pensando ahora que se me ha ido
la pinza, pero nada más lejos de la realidad, sino que tengo una edad en la que
aún podría disfrutar del montante del premio, algo así como un millón de euros,
más o menos. Prefiero recibirlo ahora que dentro de 30 o 40 años, cuando ya
estaría un poco achacoso para darle use y disfrute. Además, yo haría como el
resto de premiados y lo donaría a caridad. Claro que, como he escuchado desde
pequeñito, la caridad empieza por uno mismo, por lo que usaría dicho dinero
para ayudarme a mí.
Pero aclarémonos, yo no estoy pidiendo el premio
Nobel por las obras ya escritas por mí, sino que lo reclamo por la magnífica y
deleitosa obra literaria que seguro escribiré de aquí hasta mis últimos días.
¿Y por qué no iba yo a reclamar el premio en este momento? ¿No le dieron el
Premio Nobel de la Paz a Barack Obama al poco de haberse aposentado como
Presidente de los EE.UU.? ¿Acaso él había hecho algo para merecer tal
distinción? Pues no, señores, él recibió el premio basándose en las esperanzas
puestas en su mandato, el cual sería pacificador. Si se adelantaron con él,
¿por qué no conmigo? ¿A ver si va a ser cosa de racismo? Que luego Barack Obama
no haya podido hacer nada de lo que tuviera o tuviese planteado en aras de la
paz mundial, no se lo podemos achacar a él, ya que manda menos que Pedro
Sánchez en el PSOE.
Y todo esto me ha venido a la cabeza
por las palabras que escuché el otro día al insigne y genial Mario Vargas
Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, autor al que no llego a las suelas de
los zapatos ni escribiendo ni diciendo patochadas. Parece ser que no hay nada
mejor que te den un premio Nobel para poder decir cualquier cosa que se te pase
por la cabeza, quedando muy bien ante todo el mundo por ser políticamente
correcto, aunque el discurso soltado sea más o menos de la calidad intelectual
de un episodio de los teletubbies.
La cosa es que este señor soltó,
entre Ferrero Rocher y Ferrero Rocher, algo así como que era una vergüenza que
los refugiados no estuvieran teniendo el apoyo que debieran por parte de la
Unión Europea, la cual tendría que volcarse en ayuda de esas pobres gentes.
Después de aquello, ya se quedó tranquilo y se pudo ir a evacuar a su
maravilloso cuarto de baño alicatado por Porcelanosa. Independientemente de que
esté a favor o en contra de dichas declaraciones, opino, antes de nada, que
este señor no es nadie para decirnos lo que aquí deberíamos o no deberíamos
hacer. Un señor con casas en Madrid, Londres, París, Nueva York y Lima, que si
no está a gusto en un sitio, se va a otro y Santas Pascuas. Un señor con tal
cantidad de dinero que poco le puede a él afectar la llegada masiva de unas
gentes de otra cultura con diferentes formas de ver la vida, y con una pobreza
a cuestas que sólo costarían dinero a las empobrecidas arcas de una Europa
acabada de salir de unas de las peores crisis de su historia reciente.
Ya hablé en la entrada anterior de
lo difícil que es resolver el problema de los refugiados sirios, puesto que por
un lado son unas pobres gentes que no merecen lo que les está ocurriendo y por
otro podríamos tener problemas de diversas índoles si dejamos que todos los que
quieran entren en nuestra vieja Europa. Por eso, el tema que hoy quería tratar
es el de las personas que hablan por hablar, por muy inteligentes que sean, sin
tener en cuenta todas las posibilidades y, peor aun, sin ser ellos nadie para
dar lecciones de nada. En este caso, bien que podría haber dicho que la culpa
es de EE.UU., por haber tenido una guerra fría con la URSS, la cual siempre
apoyó al régimen sirio, en contra de los israelíes, apoyados por los
americanos. Y, en medio de este caos, se encontraba una Turquía partida que
estaba dentro de la OTAN pero fuera de la Unión Europea. Una Turquía que se
dedica a matar a todo kurdo que ve, único pueblo que de verdad está combatiendo
contra el autoproclamado Estado Islámico. Un Estado Islámico que ha nacido
después de los desastres causados por EE.UU. en Irak, cuando fue a buscar unas
armas de destrucción masivas inexistentes. Un Estado Islámico que se ha visto
favorecido por las insurrecciones nacidas a raíz de la Primavera Árabe, la cual
fue apoyada solapadamente por la CIA. Pues bien, que ahora nos metan el marrón
a la Unión Europea por algo que se les ha escapado de las manos tanto a EE.UU.
como a Rusia, heredera de la antigua URSS, es algo que me deja patidifuso.
El caso es que siempre va a haber
gente con voz, debido a la repercusión de sus palabras entre los millones de
seguidores que poseen, que digan pamplinas sin ton ni son, pero que se
conviertan en dignos elogios a admirar. Como recuerdo que pasó hace más de diez
años en España, cuando personajes como Antonio Banderas y Alejandro Sanz salían
a la palestra pidiendo el voto para Zapatero, defendiendo lo que iba a ser su
programa. Y manda eggs que gente como
ésa formaran el «club de la ceja», cuando uno vivía en Los Ángeles y el otro en
Miami, que también eran los lugares donde pagaban sus impuestos.
Pues bien, señores, dejen de dar
lecciones a los demás, cuando ustedes no se atañen a ellas. Que, quizá, no
seamos tan famosos ni tengamos tanto dinero, pero debiéramos ser nosotros los
que organizáramos nuestras vidas. ¿O acaso puedo yo votar en las próximas
elecciones presidenciales de los EE.UU.?
El Condotiero
Varias son las cosas q se me ocurren. En la primera parte stoy de acuerdo, es más si nos vamos a primigenia del premio este se ideó para jóvenes talentos q tuvieran una trayectoria por delante y se beneficiaran d ste para seguir progresando, no vas descaminado.El problema de los refugiados es más complicado, dejando aparte q un señor bien notorio sea extranjero o no, la pregunta seria:tiene razón? Por cierto, has clavado el escenario geo-poitico
ResponderEliminarVarias son las cosas q se me ocurren. En la primera parte stoy de acuerdo, es más si nos vamos a primigenia del premio este se ideó para jóvenes talentos q tuvieran una trayectoria por delante y se beneficiaran d ste para seguir progresando, no vas descaminado.El problema de los refugiados es más complicado, dejando aparte q un señor bien notorio sea extranjero o no, la pregunta seria:tiene razón? Por cierto, has clavado el escenario geo-poitico
ResponderEliminarGracias María María por tus comentarios. Siempre son bienvenidos. Cómo ambos decimos, el problema de los refugiados es complicado, por ello no quiero debatir sobre él en esta entrada, además de haber hablado ya de eso en la entrada anterior. La cuestión no es si el señor Vargas Llosa tiene razón o no, pues esto sería así si hubiera dado su opinión al respecto, lo cual todos tenemos derecho a hacer, incluido yo mismo. La coas es que yo escuché en directo sus declaraciones y parecía más una orden que una opinión. Y ante eso me rebelo: ¿quién es él para decir qué debemos o no hacer?
ResponderEliminarUn beso.